Querría
escucharte por siempre, como la canción que nos gusta a los dos. Nuestra
historia es mi pel·lícula, y tú eres mi banda sonora. Tus susurros siendo mi
nana favorita y tus suspiros mi aliento, tu voz grave de por la mañana como
despertador; tu respiración como oxígeno y tu risa es mi melodía. Cuando
cantas, el Cielo es el espacio en el que puedo escucharte. Tu voz, mi canción
favorita, y tus labios, la orquesta. Tus cuerdas vocales, un arpa; y tu acento
marca el compás. Mil y un acordes, cientos de melodías. Así es escucharte.
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